Recortes

Caperucita y el Lobo Rajoy

«Tienes dos opciones, le dijo, puedes seguir un camino que es muy largo pero llano, o puedes coger este atajo, que es más complicado pero se llega antes. Confía en mi, yo me adelantaré para guiarte en el camino.» Y así fue como el Lobo engañó a Caperucita.

Hola Caperucita. Soy un ciudadano engañado por un Lobo (Rajoy) que me dirige por un camino rodeado de árboles que no me dejan ver el bosque, manteniendome en la ignorancia política. Me lleva paso a paso con engaños, mientras sus amigos, los tres cerditos (Bankia, Camps y Andrea Fabra) caminan por la pradera, directos a la casa de la abuelita Democracia. A estos tres cerditos no les preocupa que el Lobo derrumbe sus casas, lejos de eso, más bien se la sopla que el pueblo sea arrancado de sus hogares o de sus derechos (alguna incluso piensa «Que les jodan!»).

Digo que la Democracia es una abuela no por que su momento haya pasado, si no por que es nuestra madre y la madre de nuestros padres. Gracias a ella vivimos con la seguridad de que hay una línea mínima de dignidad que nunca vamos a sobrepasar. Aunque algunos consideren que esa línea se llama posibilidades y que vivimos por encima de ella, realmente se llama estado de derecho. Sin duda eso es lo que hacen las abuelas, preocuparse por el bienestar de sus nietos.

Digo que somos Caperucita, por que ella, al igual que nosotros, tiene la necesidad de ser protegida de un Lobo Feroz, unos Cerditos y una serie de personajes de cuento que quieren acabar por comérsela. Debemos proteger a la abuelita Democracia para que nuestros hijos puedan tener a la suya, y poder pensar tranquilos que les dejamos un mundo mejor del que encontramos.

Hoy hemos conocido la estrategia del Lobo Rajoy. Mientras estamos perdidos en el bosque de la crisis y desposeídos de toda nuestra fuerza, pretende meterse a vivir en casa de la abuela con sus amigos, mientras que nosotros nos dedicamos a llevarles cestas de manzanas y miel cada semana. Hay algunos que dicen que es lo que tiene que hacer, otros más coherentes con su función social, representar al pueblo, lo critican.

El lobo tiene los dientes grandes, lo sabemos, hemos visto como los antidisturbios y las nuevas legislaciones de control ciudadano nos impiden protestar y movilizarnos publicamente.

El lobo tiene los ojos grandes, lo sabemos, puede ver la realidad social que se avecina y aplaudirse a si mismo ante sus nuevas medidas. Puede ver lo larga que es la cola del paro, y le apetece ver hasta donde puede llegar.

El lobo tiene la nariz grande, huele a los débiles, y por eso recorta en dependencia, sube el IVA, y disminuye la retribución del paro, por que si estamos animados para buscar empleo, seguramente no lo estemos para protestar.

El  lobo tiene un camisón de la Democracia (la abuela a la que queremos proteger) y está en su cama fingiendo hacer todo lo posible por recuperarse de la grave crisis en la que se encuentra. Sin embargo el camisón sólo es un camisón, y las medidas empleadas no buscan que salgamos juntos de la crisis, si no que unos salgan fortalecidos, para mantener su control sobre los otros el día de mañana. Sin embargo Caperucita camina hacia la casa de la abuelita democracia, y si los mineros pudieron llegar a Madrid, sin duda ella llegará hasta allí. Cuando llegue tendrá una cesta llena de reclamaciones y quejas, y lo único que el Lobo podrá entender es que ha estado gobernando por encima de sus posibilidades.

Y como siempre en mi blog, por llegar hasta aquí, un premio, un refuerzo positivo para que sigas viniendo y leyendo hasta el final. Caperucita, de Ismael Serrano http://www.youtube.com/watch?v=YBUm1nKnoMQ

Jugar en casa mola más

Una de las leyes no escritas más importantes del mundo en el que vivimos es el famoso «no se puede perder en casa», que rige a la afición y a muchos equipos de fútbol (carallada patria donde la haya). Sin embargo, esta ley viene al pelo en muchas circunstancias de la vida, y no sólo en deporte, además es perfecta para explicar algo que hemos visto estos días en nuestro panorama político.

Hoy mismo, Rajoy ha pronunciado un discurso en el que pretende explicar el por qué de sus 100 primeros días de gobierno. Sin embargo, ha escogido un espacio particular para hacerlo, ya que se ha desplazado hasta Andalucía, a una reunión del Comité Ejecutivo Regional del Partido Popular Andaluz.

Podéis ver el vídeo aquí

Es evidente para cualquiera que Rajoy quería tener la ventaja de jugar en casa. Las circunstancias le fuerzan a tener que pronunciarse ante todos los españoles, en el parlamento y en el contexto de una sesión de control, o por lo menos las protestas populares y el masivo seguimiento de la huelga del 29M deberían forzarle a hacerlo. Sin embargo, ha escogido un espacio en el cual se reúnen los siguientes factores:

1º. El auditorio está compuesto por altos cargos del Partido Popular, todos ellos fieles a la doctrina y con una gran disciplina de partido por su alto cargo, es evidente que se encuentra en un terreno de juego donde no es posible que el árbitro pite falta, nadie le contestará, nadie le hará una pregunta mal intencionada, nadie le mirará con desprecio ni negará con la cabeza ante sus palabras.

2º. Este mismo auditorio es un auditorio motivado por su presencia, ya que acaban de perder unas elecciones que daban por ganadas (y las reacciones son notables), por lo que tener el honor de ser visitados por su secretario general predispondrá todavía más al auditoria a la ausencia de contra argumentación o crítica.

3º. Se trata de un espacio pequeño, donde no necesita modular correctamente su voz, donde puede ponerse en pié y ver a todo el auditorio reconociendo sus caras, donde podría escuchar cualquier cuchicheo, un espacio que domina a la perfección.

Otros más doctos y capacitados en política y economía harán profundos análisis sobre los Presupuestos Generales del Estado, y lo cierto es que estoy tremendamente necesitado de ellos, así que los espero con ansia, mientras yo, doy mi humilde opinión desde mi casa, donde en otras circunstancias estaríamos hablando de fuera de juego.

Queda por tanto, mi solicitud de tarjeta amarilla puesta sobre la mesa. Rajoy ha intentado llevar al jugador a su campo de juego cuando el pueblo le paga para que sea capaz de marcar gol y llevarnos a la victoria, no todo vale y espero una comparecencia en el parlamento donde hable ante un conjunto de ciudadanos que nos guste o no, son representativos del pueblo, por que esa es la que debería ser su casa.